
El arte de encordar raquetas. Hugo Hernández celebra 50 años en este oficio. Foto Marcela Alvarez
“Antes estaban las cuerdas de tripa natural, que todavía sigue siendo la mejor porque aguanta la presión más tiempo. Hoy en día es la más suave pero es la más cara. Ayuda a evitar el dolor del codo o cualquier lesión”, dijo a la pregunta inicial.
Hernández puede hablar todo el día sobre raquetas y cuerdas. Recuerda una raqueta muy especial: la icónica Wilson T2000, que hizo famosa Jimmy Connors, el niño terrible del tenis en EEUU. Esta raqueta fue creada por el campeón francés René Lacoste en los años 50 y posteriormente vendió la patente a la marca Wilson de EEUU. “Mi papá jugaba con esa raqueta, era my peculiar, totalmente distinta a todas porque tenía un sistema de encordado muy diferente, complicado, y fue de las primeras raquetas que encordé, me lo enseñó mi maestro Welby Van Horn. Las primeras diez raquetas que encordé las hice a mano, porque en aquella época no habían máquinas de encordar. Se enrollaba la cuerda en la empuñadura de la raqueta y le dabas vueltas. Era básicamente como tonear una guitarra, te guiabas por el sonido”, agregó Hernández.

En el US Open, Hernández encorda alrededor de treinta y dos raquetas por día. Su etapa de tejer raquetas a mano, por así decirlo, “fortaleció mi base y conocimientos. Encordar una raqueta es un arte. Al día de hoy puedo hacer un encordado prácticamente con los ojos cerrados”, dijo orgulloso.
LOS COMIENZOS EN PUERTO RICO
Cuando era adolescente, este puertorriqueño, afable y de hablar pausado, debutó con el tenis en el Hotel Caribe Hilton de San Juan, Puerto Rico. Se decidió por la raqueta y dejó su primera pasión: béisbol. También ignoró el boxeo, baloncesto, deportes más tradicionales en la Isla.
“El tenis es una adicción, siempre me gustó más porque en la cancha estás solo, es una competencia individual, los otros deportes son por equipo. Igual me sigue gustando el béisbol porque lo considero el deporte más parecido al tenis”, dijo.
¿Cómo sucedió este amor por el tenis? Hernández lo cuenta y se emociona. “En 1939 el tenista Welby Van Horn, de solo 19 años, llegó a la final del US Open en Forest Hills, que por entonces se llamaba Campeonato Nacional de Estados Unidos. Welby lamentablemente perdió con Bobby Riggs. Cuando se retira se mudó a Puerto Rico en 1951, porque tenía problemas de asma y el clima allá le beneficiaba para su salud. Empezó a dar clases en el Caribe Hilton y creó jugadores como Carlos Manuel Pasarell, conocido como Charlie Pasarell, que fue número uno en EEUU en 1967, y que llegó a la final de Wimbledon contra Pancho González”.

“Empezó una carrera increíble como maestro, salieron grandes jugadores como Stanley, hermano de Charlie, Freddy de Jesús, Alberto “Tico” Carrero, era un grupo bastante grande. Welby prácticamente puso a Puerto Rico en el mapa internacional del tenis. Puedo decir que el 75% de sus estudiantes terminó dando clases, nos motivó a todos a seguir en el tenis, que sea una carrera”, dijo Hernández y hace pausa para evitar las lágrimas al recordar a su maestro.
Durante diez años fue asistente de Van Horn en el Caribe Hilton. “El organizaba un torneo amistoso todos los años en el hotel, donde iban las grandes estrellas internacionales como Rod Laver, Manolo Santana, Stan Smith, Ilie Nastase. Fui espectador, recogedor de bolas, y eso me animó porque quedé fascinado con este deporte, tomé lecciones, me hice profesor y después encordador”, recordó.
Hernández vive en Astoria. Este US Open 2023 lo encontramos encordando para Tennis-Point, y el resto del año en Solow Sports en Queens y Long Island —-y de manera individual para clientes privados.
En 1992 se mudó a Nueva York y empezó a dar clases en el antiguo Wall Street Racquet Club que después se convirtió en el NY Health Racquet Club. Dio clases a famosos como John Kennedy Jr. (semanas antes de que falleciera) Sonia Braga, Paul Sorvino. “John era muy buen atleta, le gustaba estar corriendo, muy activo. También venía a practicar Venus Williams, cuando firmó su primer contrato grande con Reebok.”
En 2017 sufrió un “stroke”, que lo llevó a revalidar y ponderar muchas cosas. Pero su pasión por el tenis sigue intacta. “Es una adicción”, repite Hernández. No tiene planes de jubilarse. Quiere seguir encordando raquetas, en el US Open y donde sea.
Me gusto el reportaje del encordardor de raquetas pero también es importante sacar reportajes de los tenistas que van a participar en este torneo de élite. También interactuar con el público preguntando quién es su favorito para ganar el torneo. Ojalá le den más cobertura a este lindo deporte.