David Barreno en la esquina de la Avenida Roosevelt y la calle 69 en Woodside, Queens. Foto Javier Castaño

Por Javier Castaño. — 

Me gusta la ciudad de Nueva York, aunque no estoy consiguiendo trabajo este verano”, dijo David Barreno en la esquina de Roosevelt Avenue y la calle 69 en Woodside, Queens.
Hacía un calor del diablo y Barrero se metía debajo de la escalera metálica que conduce al tren 7 para evitar los rayos del sol. La humedad también era insoportable. Los noticieros anunciaban que la ola de calor apenas comenzaba.
Barreno acude a esa esquina de lunes a sábado en busca de trabajo en la industria de la construcción, “pero solo consigo empleo tres días a la semana y el sueldo sólo me alcanza para pagar la renta”.
Con el dinero que consigue en construcción, Barreno paga 800 dólares al mes por un cuarto que alquila en el sur del Bronx. Toma el tren todos los días para llegar a Queen con la esperanza de ganar suficiente dinero para enviarle a su hija en Ecuador.


Barreno nació en Milagro, provincia de Guayas. Ecuador. “Allá no hay nada que hacer, solo hay delincuencia”, dijo Barreno, quien cruzó la selva del Tapón de Darién en cinco días, llegó a la ciudad fronteriza de Tijuana, México, saltó el muro de contención de inmigrantes y se entregó a las autoridades en busca de asilo político. Todo el recorrido desde Ecuador a Estados Unido lo hizo solo.
Llegó a la ciudad de Nueva York y tomó las clases de seguridad en la construcción de OSHA, 40 horas y andamios. “Pero perdí todos mis documentos aquí en Nueva York, incluyendo los de inmigración y de OSHA”, dijo Barreno. No tiene documento alguno para demostrar quién es y de dónde proviene.
Dijo que no tiene televisión para entretenerse, solo conoce Times Square de Manhattan y quiere regresar a Ecuador cuando compre una casa allá y tenga dinero para comprar un carro y trabajar de taxista. “Espero que mi situación mejore aquí en Nueva York”, concluyó Barreno.