
David Marín está orgulloso de su patria y de esta nación que le ha brindado oportunidades. Foto cortesía
Por QueensLatino. —
David Marín llegó a la ciudad de Nueva York en 1980 con la esperanza de construir una vida mejor y con la convicción de que los sueños se logran con esfuerzo.
Cuatro décadas después, se convirtió en promotor de artistas y organizador de eventos, lo que le ha permitido descubrir talentos y tender la mano a quien lo necesita.
“La ciudad de Nueva York es una ciudad de muchas oportunidades en Estados Unidos”, dijo Marín, quien recuerda aquellos primeros años en los que todo parecía un reto.
Su historia es una de esas que inspiran, porque combina trabajo, pasión y un profundo sentido de gratitud hacia la tierra que lo acogió.
Aunque se considera retirado, no se detiene. Sigue involucrado en la promoción de giras musicales y en la organización de torneos de fútbol amateur, actividades que reflejan sus dos grandes pasiones: la música y el deporte.
Su energía parece inagotable, impulsada por el deseo de seguir siendo útil y de continuar creando espacios para el talento y la convivencia.
Como miembro del Lions Club, encuentra otra forma de realización personal: ayudar a los más necesitados. “Buscar ayuda para los necesitados me hace sentir muy bien”, dijo Marín.
Pero si algo lo llena de orgullo más allá de los logros profesionales, es su familia. Padre de dos hijas y dos hijos, que actualmente viven fuera de Nueva York. Sin embargo, mantiene con ellos una relación cercana y constante.
“Siempre permanece la unión familiar”, dijo Marín, resaltando el valor de ese lazo que el tiempo y la distancia no han podido romper.
Para Marín, la vida es una continua oportunidad de superación. “Lo que he logrado hasta el momento creo que es solo una parte de lo que uno ambiciona, porque hay mucho más por conseguir”. Reflexiona con la mirada puesta hacia adelante, demostrando que los sueños no se detienen con la edad ni con los logros alcanzados.
Hoy vive solo, pero su casa está llena de recuerdos, proyectos y gratitud.
Su mensaje para la comunidad latina e inmigrante es claro: “representar nuestra comunidad con la frente en alto para dar una buena imagen y un buen ejemplo a nuestra juventud. Como inmigrante, seguir luchando para conseguir un buen futuro, respetando las leyes de esta gran nación y agradeciendo las oportunidades para poder triunfar”.
Marín es, sin duda, un ejemplo de constancia, humildad y compromiso. Su historia nos recuerda que el verdadero éxito no solo se mide en triunfos profesionales, sino también en la capacidad de inspirar y servir a los demás.

A David Marín le encanta el entretenimiento.