Por Luz Karine Vargas

“Los salones de belleza estuvimos cuatro meses cerrados y la situación está muy difícil”, dijo Ester Núñez de Aloe Beauty Salon. Núñez trabaja los siete días de la semana y dijo que el negocio está muy lento y de seguir así, “muchos cerraremos”.

Núñez cobra por el recorte y el secado 50 dólares y 70 por aplicar color al cabello.

En la ciudad de Nueva York se estima que 20 mil salones de belleza y barberías han cerrado o cerrarán sus puertas debido a la pandemia Coronavirus. Esta cantidad equivale al 42% de los establecimientos. El 94.2% son microempresas, es decir, emplean entre uno y cinco empleados.

Conforme al informe de Professional Beauty Association, en el 2019 la industria de los salones de belleza generó en este país $57 mil millones en ventas. El 72% de sus empleados dijeron que su sueldo es para sobrevivir semana tras semana y solo el 23% posee seguro médico.

Basta con dar un paseo por algunas calles de Queens para observar la proliferación de peluquerías y barberías. Grandes, medianas o pequeñas y todas lucen vacías o con poca clientela a causa del coronavirus.

Sin duda, las peluquerías y barberías son uno de los sectores más afectados por el coronavirus. El sector de la belleza, estimado en $532 mil millones a nivel mundial, está sufriendo las consecuencias del coronavirus de distintas formas. Conforme a McKinsey, la industria de la belleza puede caer alrededor del 25 por ciento en los cinco continentes.

Estevan Durán y José Fernández de Ricky’s Barber Shop. Fotos Karine Luz Vargas

El sector de la belleza ha tenido un significante impacto económico y es probable que la recuperación no se produzca hasta dentro de tres o cinco años. Ésta es la predicción de algunos expertos, que se basan en el tiempo que ha tardado la industria en superar crisis económicas pasadas.

Se calcula que son alrededor de 50 mil los salones de belleza y barberías en Estados Unidos, entre formales e informales, que emplean de manera directa a más de 150 mil personas.
Estevan Durán y José Fernández son dos empleados de Ricky’s Barber Shop. Trabajan 50 horas a la semana. Ambos cobran $20 por cada corte de cabello.

“Debido a la pandemia son muchas las personas que no quieren venir a recortarse y vamos a quebrar si la clientela no regresa”, dijo Durán.

La incertidumbre sigue latente puesto que las personas tienen miedo de ir a lugares concurridos y contagiarse. Algunos salones de belleza solo atienden por cita. Otros atienden menos de la mitad de sus clientes para cumplir con el distanciamiento social y otros protocolos de higiene. Los recortes se hacen ahora desde los laterales del cabello hacia atrás, no desde el frente para evitar enfrentarse cara a cara con el cliente.

Muchos han optado por cortarse su propio cabello y por eso ha subido la venta de estos equipos. Algunos han aprendido a tinturarse por su cuenta, desfavoreciendo a los salones o barberías y beneficiando a las tiendas de productos de belleza. Es una industria que se está transformando a pasos agigantados.