Por Gloria Medina —
La Avenida Roosevelt, en Queens, enfrenta graves problemas de calidad de vida. Sus residentes culpan al gobierno de la ciudad de Nueva York por el aumento de vendedores ambulantes, acumulación de basura, prostitución, niños vendiendo dulces por todas partes, ruido, inseguridad y deterioro de los negocios establecidos.
“La basura sale de los negocios, la tiran las personas que pasan caminando, es arrojada desde los autos y dicen que somos nosotros, los vendedores ambulantes”, dijo María Vaxibal, guatemalteca de 23 años, quien vende comida en la esquina de la calle 103 y la Roosevelt en Corona, Queens.
“Por culpa de estos nuevos vendedores sin licencia nos quieren botar a todos. Son personas nuevas que no saben las reglas y nosotros tenemos que sufrir las consecuencias. Nos están desalojando”, dijo una vendedora de verduras y frutas en la esquina de La Roosevelt y Junction Boulevard que se identificó como Irma. “Antes pagaba por un contenedor de basura, pagaba hasta mil dólares, pero como todos venían a tirar su basura, entonces lo cancelé”.
A su lado estaba Saida Pérez, quien vende joyas y frutas y dijo que la situación empeora durante la noche.
Durante esta entrevista, un hombre arrojó tres bolsas negras de basura en esa misma esquina. Dijo que estaba siguiendo órdenes de la policía, pero los agentes de la uniformada lo niegan. El hombre desapareció en la oscuridad.
“Un cesto en una esquina no alcanza para la basura de miles de personas que pasan por aquí”, dijo Irene Arizaga, quien representa a la Asociación de Vendedores Ambulantes de la Avenida Roosevelt. Esta mujer barría alrededor de su negocio antes de irse a casa. “Aunque dejamos bien limpio en las noches, cuando llegamos en la mañana tenemos que volver a recoger más basura”.
Sandra Vásquez vive en esta zona y dijo estar cansada de llamar al 311 por la comida podrida que dejan las vendedoras ambulantes en el hidrante que abren para lavar sus frutas, verduras y utensilios en la calle 97 y la Roosevelt. “La policía no aparece, sólo los bomberos llegan a cerrar el hidrante”, dijo Vásquez.
En el andén de la calle 91 y la Roosevelt hay montones de ropa usada, zapatos, cachivaches y otros objetos para la venta tirados en la acera.
REDUCCION DEL CRIMEN
El NYPD anunció en agosto que el crimen en NYC disminuyó, aunque aumentó en Jackson Heights, East Elmhurst, Corona y Flushing (cuarteles 110 y 115). Hasta el 3 de septiembre el aumento se registró en 10 categorías de crimen a comparación del 2022. Disminuyó en 4 categorías: asesinatos, violaciones, hurto mayor y algunas variaciones de violaciones.
“Sé que es prohibido y si viene la policía y se lleva todo esto, pues que se lo lleve”, dijo un hombre mientras empacaba productos que no había vendido y quien no quiso identificarse. Dijo que compra esa mercancía y la revende a 1 o 2 dólares. “Todo está en remate porque es de segunda y algunas cosas me las regalan”, dijo este latino.
William Romero, quien vende comida peruana en el Triángulo Manuel de Dios Unanue, entre la calle 83 y la avenida Baxter desde hace casi dos meses, dijo que lo hace por la falta de oportunidades para los indocumentados. “Tenemos que trabajar en lo que sea”. Romero trabaja entre semana como jornalero en construcción y los fines de semana vendiendo comida.
Carlos Castaño, dueño de Los Chuzos y Algo Más desde hace 33 años, dijo que el costo del seguro de su negocio se ha triplicado por la inseguridad. “El miedo no es sólo que lo roben, sino que lo dejen herido”, dijo Castaño, quien ha escuchado a los criminales hablar sobre sus fechorías. “Antes era agradable una tarde dominguera salir a pasear con la familia por la Roosevelt, pero ahora no se puede porque es una cochinada y además debo pagar las multas por exceso de basura que no es mía”.
Castaño dijo que el sueño americano lo están viviendo los nuevos inmigrantes. “Sólo atendemos por ventanilla, las ventas han disminuido y hay menos propinas porque el cliente prefiere, por lástima, darle dinero a los niños y señoras que venden dulces frente al negocio”.
Carina Kaufman-Gutiérrez, vicedirectora del Proyecto de Vendedores Ambulantes, considera que el sistema no funciona. “Es fácil decir ‘que consigan licencia’, pero la ciudad no está dando licencias. Cerraron la lista de espera porque están sobre el límite de más de 10.000 vendedores en busca de licencias”.
“Lo que vemos en la Roosevelt es la falta de respuesta de las autoridades, fallas institucionales a lo largo del tiempo”, dijo Sam Massol, director de la división de desarrollo comunitario de la Corporación de Desarrollo Económico de Queens (QEDC).
Massol, coordinador del proyecto de limpieza en Corona Plaza, dijo que le gustaría instalar más contenedores de basura desde Sunnyside hasta Flushing, pero necesita la ayuda de la ciudad.
En algunas áreas de la Roosevelt es casi imposible hallar canecas de basura porque la ciudad no las ha instalado o los vendedores ambulantes las desplazan para que no se acumulen los desperdicios.
Bajo el estruendoso ruido del tren 7, María Méndez, al igual que muchos transeúntes, arrojan la basura en cualquier parte de la Roosevelt. “No la puedo llevar a mi casa”, dijo Méndez.
Chicas chicas…
Mujeres que ofrecen “masajes” en la Roosevelt han sido una constante en las últimas dos décadas. La ciudad y los políticos han tratado de erradicarlas sin éxito. En algunas cuadras hay hasta tres establecimientos de este tipo. Ahora son más visibles las trabajadoras sexuales, asiáticas y latinas, quienes ofrecen masajes con final feliz las 24 horas del día. Visten de manera sensual y son agresivas en la búsqueda de clientes.
Para Jessica Ramos, senadora estatal demócrata, hay dos tipos de mujeres, las que se ofrecen por necesidad y aquellas que son forzadas por traficantes. “El sistema penal no diferencia estos dos grupos. Sería más inteligente crear un ambiente en el que se puedan reportar los abusos. Despenalizar el trabajo sexual y no legalizarlo. Regularizar esta actividad con un registro de salud y que paguen impuestos”, dijo la senadora Ramos.
La oficina de prensa del Departamento de Policía (DCPI) dijo en un comunicado que los agentes se enfocan en quienes “compran sexo o lo promueven” y que la prostitución, en todas sus formas, “sigue prohibida por ley”.
SOLUCIONES
Tanto Massol como Kaufman-Gutiérrez y la senadora Ramos, coinciden en que el gobierno debe regularizar los vendedores ambulantes.
Como solución final, Ramos dice que la administración de la ciudad debe cambiar.
Una vocera de la alcaldía dijo que la administración del alcalde Adams toma todas las quejas de actividades ilegales seriamente y que la policía está trabajando con los comerciantes.
Michael Scholl, representante de prensa del presidente del condado de Queens, Donovan Richards Jr., dijo que el mandatario apoyó y participó en el proyecto para instalar contenedores de basura en Corona Plaza al inicio del año y en el futuro “agregarán más en esta vía”. La oficina de este condado adjudicó $1’834.000 para el nuevo edificio de Make the Road NY que “beneficiará a quienes viven y trabajan cerca de la Roosevelt”.
El comunicado de DCPI señala que el Departamento de Sanidad es el “principal responsable de hacer cumplir la ley de los vendedores ambulantes” y que la policía trabaja con otras agencias de la ciudad para mejorar la calidad de vida.
LICENCIAS A CUENTA GOTAS El Proyecto de Vendedores Ambulantes estima en 20.000 el número de vendedores ambulantes. La lista de espera para licencias es de 11.926 y fue cerrada en el 2016. El Departamento de Salud de NYC otorga 445 licencias cada año y le da prioridad a quienes están en la lista de espera.
El Departamento de Sanidad respondió diciendo que durante el último año y medio la administración Adams ha realizado inversiones sin precedentes para “mejorar la calidad de vida, eliminar los residuos y mantener los andenes transitables.
Gran parte de sus residentes opina lo contrario porque aún escuchan palabras como “chicas, chicas”, “social, social” y ahora “mota, mota” en busca de clientes de marihuana.
“77 delitos graves este año y sólo 12 en el mes de junio y seguimos recibiendo quejas por los vendedores ambulantes que generan basura y más crimen, les arrebatan las ventas a los negocios legítimos y venden en los andenes de las casas de familia”, dijo el concejal Francisco Moya. “Y promocionan videos en YouTube para promover ‘masajistas’ por donde transitan nuestras familias y niños”.
El concejal Moya fue quien trajo una noche de agosto al alcalde Eric Adams para que viera la situación en la Roosevelt y como resultado fue “la limpieza de Corona Plaza”.
La asambleísta Catalina Cruz prefirió no comentar. El concejal Shekar Krishnan fue diplomático: “debemos seguir trabajando con la comunidad y trayendo más fondos porque es un proceso lento para revisar y resolver los problemas de la Roosevelt”.
El olor a marihuana se mezcla ahora con el olor a carne asada al carbón, frutas, verduras y residuos podridos. Sin dejar a un lado la insistente presencia de ratas.
Prohibido olvidar. Hace 10 anios Queens Latino y algunos de los entrevistados como Ramos y Shekar se opusieron a la expansion del BID hacia la Roosevelt. El Bid hubiera limpiado y prevenido el desastre qu se ve en esa area