Andrés Gutiérrez frente al restaurante Rincón Salvadoreño de Jamaica, Queens. Fotos Javier Castaño

Por Javier Castaño  — 

A la entrada del restaurante Rincón Salvadoreño hay una enorme estatua de un elefante para atraer la suerte. Las mesas están decoradas con imágenes de Centroamérica y hay artesanías colgadas en las paredes. La bandera de Estados Unidos está al otro lado de un mural de un hermoso atardecer en El Salvador.

“Servimos comida casera de El Salvador, el ambiente es familiar y siempre está muy limpio”, dijo Elena Calderón, propietaria del Rincón Salvadoreño, el primer restaurante de esa nación centroamericana en la ciudad de Nueva York. Abrió sus puertas hace más de 40 años, en abril de 1980.

En un principio su clientela era casi toda salvadoreña, pero ahora son centroamericanos, mexicanos, ecuatorianos y colombianos, además de afro-americanos. Se halla en la esquina de Jamaica Avenue y la calle 149, en Jamaica, Queens, muy cerca de las cortes y de la estación de trenes de Long Island (LIRR).

Elena Calderón, propietaria de Rincón Salvadoreño.

En el 2020 y debido a la pandemia tuvieron que cerrar por siete meses porque no era rentable. Luego pusieron mesas afuera para atender clientes, pero no es una zona en donde la gente acostumbra a comer en la calle. “Con la pandemia nos fue terrible, recibimos dos préstamos del gobierno que ascendieron a 65.000 dólares, pero nunca nos otorgó dinero como prometieron”, dijo Calderón. “Además, hemos tenido que lidiar con las mutas y con las construcciones que avanzan en Jamaica y por las cuales han cerrado calles, dificultando el estacionamiento y el paso de los transeúntes”.

Calderón dijo que antes de la pandemia tenían 23 empleados y ahora solo 9. “Estamos como comenzando de nuevo y esperamos recuperarnos en dos o tres años, aunque con las variantes de la pandemia nunca se sabe, la gente está nerviosa y evitan comer en grandes grupos como antes”.

Calderón le está pasando la batuta del restaurante a sus dos hijos, Brian y Andrés, quienes se turnan para atender la caja, coordinar a los empleados y hacer las compras. Han trabajado en el restaurante desde niños.

Por 10 años Andrés tuvo un negocio de ensaladas y jugos naturales que vendió antes del comienzo de la pandemia. “Aquí tenemos la mejor comida salvadoreña como la mariscada con jaiba y cangrejo, las pupusas de todo tipo, los tamales y la carne asada con casamiento”, dijo Andrés Gutiérrez mientras atendía clientes.

El casamiento es una masa de frijoles y arroz. El Metapán viene con dos huevos rancheros, crema, frijoles, plátano y tortilla. El ranchero trae dos pupusas “al gusto”, casamiento, plátano, chorizo y queso salvadoreño.

El Rincón Salvadoreño abre entre semana del medio día a las 9 de la noche y los fines de semana de las 11 AM a las 10 PM.

“El salón tiene 20 mesas, una capacidad para 100 personas, hacemos fiestas y reuniones, preparamos comida para eventos sociales y trabajamos con UberEats, DoorDash, BeyondMenu y GrubHub para hacer entregas a domicilio en el área”, añadió Gutiérrez. Hacía mucho frío y había nieve en las calles.