Carmen Correa de Pro Mujer en el Foro Económico Mundial en Suiza. Fotos cortesía

 Carmen Correa, CEO de Pro Mujer, destacó el papel crucial de las mujeres migrantes y los desafíos que enfrentan. Resaltó que su integración y empoderamiento económico benefician tanto a sus comunidades de origen como a las de destino. Correa habló en el panel Open Forum: Levelling the Playing Field, en el World Economic Forum en Davos, Suiza, el año pasado.

“Los datos son contundentes: las mujeres latinas generan un impacto directo en la economía. Sin embargo, enfrentan barreras sistémicas que debemos derribar para maximizar su contribución económica y social. Invertir en ellas no es caridad, es una decisión inteligente”, enfatizó Correa.

A pesar de ganar menos que los hombres y enfrentar mayores tasas de informalidad laboral, las mujeres migrantes en Estados Unidos lideran el crecimiento de pequeñas empresas, convirtiéndose en un motor económico.

De acuerdo al informe Global Gender Gap 2024, alcanzar la paridad de género global tomaría 134 años al ritmo actual.

Claudia Romo Edelman, CEO y Co-Founder de “We Are All Human Foundation”, y quien moderó el panel, aportó datos interesantes sobre la situación de las mujeres latinas en Norteamérica: “Las latinas representamos el 9% de la población de los Estados Unidos. Creamos pequeñas empresas a un ritmo seis veces más rápido que cualquier otro grupo en el país, lo que nos convierte en el grupo número uno en generación de empleo. A pesar de esto, las latinas seguimos siendo el grupo peor remunerado, ganando apenas 53 centavos por cada dólar. Además, ocupamos menos del 1% de los puestos de alto nivel en el país”.

Desafíos globales

Durante su intervención, Correa también advirtió sobre el impacto del retroceso en las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en diversas regiones, donde iniciativas claves enfrentan resistencia.

Así como hay empresas que se están alejando de la DEI, también hay otras que siguen apostando por la diversidad, invirtiendo para que los cambios necesarios se hagan realidad. Estas empresas no aparecen en los titulares, y es momento de empezar a darles visibilidad, para inspirar a otros y crear un círculo virtuoso, expresó la líder de Pro Mujer.

Behar de Oxfam proporcionó una perspectiva global sobre desigualdades de género; mientras que la profesora Fitz-Gibbon abordó la intersección entre violencia de género y derechos humanos como una problemática que debe ser abordada con urgencia.

“Desde mi perspectiva, las mujeres y las niñas simplemente no podrán alcanzar la igualdad si no están seguras. Desde el momento en que subimos a este escenario hasta que nos bajemos, al menos siete mujeres alrededor del mundo habrán sido asesinadas por un hombre que conocían”, dijo Fitz-Gibbon.

Correa destacó que el cambio real sólo puede lograrse a través de un esfuerzo colectivo. Hizo énfasis en la relevancia de las alianzas entre sectores públicos, privados, sin fines de lucro e incluso académicos para enfrentar los desafíos sociales actuales.

Pro Mujer es un ejemplo claro de este enfoque, con más de 2.5 millones de mujeres impactadas a lo largo de 35 años gracias a iniciativas intersectoriales que han promovido inclusión financiera, salud y educación en América Latina. Dio como ejemplo el apoyo de Google.org para capacitar a mujeres indígenas en México y Guatemala, o la línea gratuita de ayuda a víctimas de violencia de género lanzada en Bolivia con el respaldo del gobierno. “No reinventemos la rueda, busquemos aliados. Siempre hay personas que se preocupan, incluso en los momentos más difíciles”, dijo Correa.

Cerró su participación con una reflexión sobre las posibilidades de la Inteligencia Artificial: “La IA y la tecnología nos permiten ampliar nuestro impacto de manera significativa; representan una gran oportunidad, pero también un desafío. Esto se debe a que no tenemos tantas mujeres como quisiéramos desarrollando tecnología. Es necesario impulsar la participación de más mujeres en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Sin embargo, actualmente, quienes diseñan y alimentan la IA son mayoritariamente hombres, y los sesgos existentes se trasladan a estas tecnologías, lo cual constituye un gran reto”.