
Eliseo Bermúdez después de un día de trabajo una tarde de invierno. Foto Alejandro Alemán Rivas
Por Alejandro Alemán Rivas —
Eliseo Bermúdez dejó atrás su hogar en Guerrero, México, hace 16 años y trajo un cúmulo de sueños y esperanzas. Cuando salió de su ciudad natal, su meta era clara: llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades laborales.
“Este lugar es lo que siempre soñé”, dijo con determinación. Aunque las adversidades fueron muchas hasta llegar a Nueva York, Bermúdez decidió arriesgarlo todo y enfrentarse a la incertidumbre, dispuesto a construir un futuro mejor para él y su familia.
Cuando llegó a la ciudad de Nueva York, recuerda que realizó varios trabajos, inicialmente en mudanza, en una imprenta y como ayudante en una bodega. Hasta que un fin de semana un compañero de casa lo invitó a trabajar en la construcción para reemplazar a otro obrero que ese día no se presentaría.
Desde ese momento nació su pasión por este oficio que encontró por casualidad, pero que le ha brindado la estabilidad financiera que nunca imaginó.
“La construcción no es fácil”, asegura Bermúdez. Aunque el trabajo duro le ha permitido no solo sobrevivir, sino también ayudar a su familia en México y a su pareja, con quién actualmente vive en el vecindario de Sunnyside, Queens.
“Desde que llegué, mi primer objetivo fue enviar dinero para que mi familia pudiera mejorar su casa. Ahora, lo que quiero es ahorrar lo suficiente para tener la mía”, dijo Bermúdez.
Las horas de trabajo son largas y los desafíos son constantes, aunque este inmigrante indocumentado ha logrado prosperar en un entorno difícil.
Luego de trabajar 8 años en varios niveles del oficio de la construcción, Bermúdez asegura que su dedicación lo ha llevado a adquirir experiencia y conocimiento en el armado y la seguridad de andamios. También dijo que los cursos de OSHA que se requieren para esta peligrosa labor, le han brindado “conocimientos valiosos”.
A pesar de sus logros y de tener estabilidad en la ciudad de Nueva York, la incertidumbre sigue siendo parte de su vida. Bermúdez teme las redadas que están ocurriendo en el país.
“Vivo con miedo, me siento agradecido de estar aquí, pero siempre está esa incertidumbre”, dijo Bermúdez. “Nosotros los inmigrantes, con nuestro trabajo, aportamos mucho a este país y si me deportan, frustraría mis sueños”,
A pesar de las dificultades, Bermúdez sigue adelante con la esperanza de alcanzar sus metas. Mientras tanto, asegura que seguirá trabajando con el mismo empeño con el que llegó a la ciudad, ahorrando cada centavo para comprar una casa propia y seguir ayudando a su familia en México.


