No rechace los pensamiento positivos, estúdielos y aprenda a controlarlos. Foto Dreamstime

Por Stella Duque. — 

Durante los últimos años, se ha prestado mucha atención al poder del pensamiento positivo. Muchas personas han malinterpretado esta sabiduría, diciendo que no está bien tener pensamientos o sentimientos negativos.

Esto puede dar una especie de superficialidad a su relación con la vida y con los demás. También puede llevarlas a sentir que, si surge un pensamiento o sentimiento negativo, deben bloquearlo de inmediato. Al hacerlo, están reprimiendo una parte de sí mismas que necesita ser vista, escuchada, trabajada y procesada.

Cuando reprimimos partes de nosotros mismos, no desaparecen, sino que se entierran en lo más profundo de nuestro ser, llegando a olvidarse por completo y a menudo emergen los recuerdos cuando menos lo esperamos.

Por otro lado, si nos permitimos ser plenamente humanos, honrando todos los pensamientos, sentimientos y estados de ánimo que nos atraviesan a diario, creamos una relación más consciente con nosotros mismos.

En lugar de bloquear los pensamientos y sentimientos que etiquetamos como negativos, podemos simplemente observarlos, trabajarlos, procesarlos y solo ahí estamos listos para luego dejarlos ir.

Solo se atascan cuando reaccionamos negativamente a ellos, reduciéndolos a un segundo plano, donde se alojan en nuestro inconsciente.

Una solución más saludable podría ser desarrollar la práctica de acompañar cualquier pensamiento negativo con uno positivo. Esto funciona bien porque los pensamientos positivos pueden ser más poderosos que los negativos.

En lugar de configurar nuestra mente de tal manera que nos asustemos del contenido de nuestra propia conciencia, bloqueando todo lo que no sea 100% positivo, podríamos proponernos desarrollar una actitud más amigable hacia nosotros mismos. Reconocer que son parte de nuestra esencia humana, confiando en nuestra bondad inherente, nuestra esencia de una creación única, magnifica… ¡un alma muy humana!