
Helen Arteaga Landaverde en su oficina del Hospital Elmhurst de Queens. Foto Marcela Alvarez
Por Marcela Álvarez —
“Una de las cosas más grandes y bonitas de mi vida es que vivo en tres mundos: soy ecuatoriana, norteamericana e hija del mundo porque, gracias a Dios, por mis estudios y profesión viví en España, Sudáfrica y Cuba”, dijo Helen Arteaga Landaverde, CEO del Hospital Elmhurst de Queens, ciudad de Nueva York. “En este condado hablamos más de 125 lenguas y es el más diverso del mundo”.
Arteaga nació en Estados Unidos y sus padres la enviaron a vivir a Ecuador hasta los 12 años porque aquí el racismo era rampante en esa época, “peor que ahora”, dijo en su amplia y hermosa oficina.
En Ecuador vivió en Chone, un pueblito agricultor de la provincia de Manabí. Compartió la casa con sus primos, “entre la naturaleza, criando ganado, había cacao, comíamos mandarinas, no había televisión, Internet, Google o Facebook, así que teníamos que esperar una carta de Delgado Travel cada dos semanas o una llamada telefónica en la bodega donde solo había un teléfono en todo el barrio. Extrañaba a mis padres, pero entendí que era por nuestro bien”, recordó Arteaga entre sonrisas.
“Mi abuela me enseñó el amor por los libros y ahí comencé a leer en inglés y español. Creo que el mundo está en un libro, los sueños y las ideas. Mi casa está llena de libros y siempre estoy leyendo”, agregó Arteaga.
Entre sus textos favoritos (de temática variada, por cierto) están “La casa de los espíritus” de Isabel Allende, “The Artist’s Way” de Julia Cameron, “Epidemiology 101” de Robert H. Friis, y “Outliers” de Malcolm Gladwell. También lee sobre la menopausia en la mujer, un tema crucial, pero del que casi no se habla.
Arteaga estudió Química en NYU con una beca completa porque quería hallar una cura para el SIDA. Luego pasó a Columbia University en donde obtuvo una maestría en Salud Pública. Construyó su camino con base en una fórmula muy simple: el trabajo constante. Hace poco obtuvo su doctorado en salud pública en CUNY.
“Como latina y como mujer el mundo te dice ‘tú tienes que ser esto y nada más’, y no es así. Mi papá siempre me decía, ‘Helen, puedes ser todo lo que tú quieras’. Hay que ir más allá. Uno tiene que trabajar, es la teoría de las diez mil horas, si lo sigues, serás el mejor en ese lugar, en esa área o profesión automáticamente”, dijo Arteaga.
En 2009 fundó el centro comunitario Plaza del Sol Family Health Center (37-12 de la calle 108 en Corona). Su papá no tuvo acceso a seguro de salud y eso la llevó a abrir esta clínica “en donde todo el mundo es bienvenido, les hablamos a los pacientes en su idioma y su cultura, y si necesitan más ayuda los referimos al Elmhurst”, añadió Arteaga.
“Como mujer, una tiene que enseñar su fuerza, que puede tomar decisiones duras, pero a la misma vez, tener ese toque de humildad. Hay que tener un balance como mujer líder. A los hombres nunca se les cuestiona eso”, dijo Arteaga. “Es un asunto cultural, que no me molesta, pero a veces la gente asume que el CEO del hospital es un hombre”.

En la gala de los 190 años del Hospital Elmhurst de Queens en el Museo de Historia Natural, desde la izquierda, Helen Arteaga-Landaverde, Mitchell Katz, presidente del NYC Health + Hopsitals, y Jasmin Moshirpur, jefa médica del Hospital Elmhurst. Foto Javier Castaño.
Arteaga dijo que para ser un buen líder hay que hablar con el equipo, tomar decisiones juntos, revisar y asegurarse que cada persona haga su trabajo. Si no lo está haciendo, entonces decirle cómo podemos ayudarle. “No hay que ser mandón, tenemos que ser compadres y comadres”.
Durante los días más oscuros de la pandemia, en Plaza del Sol, Arteaga usó esta fórmula para salir adelante y proteger a la comunidad.
Para finalizar, envió este mensaje: “La salud es lo primero, el Hospital Elmhurst está aquí para todos y tenemos las puertas siempre abiertas”.
SALUDOS,EXCELENTE REPORTAJE