
Fabiola Goyo y Janeth Colmenares sueñan con tener su propio local. Fotos Marcela Alvarez
Por Marcela Álvarez. —
Tacos mexicanos, antojitos colombianos, ceviche ecuatoriano o peruano, a un costado por favor. Llegaron las arepas venezolanas a la Avenida Roosevelt. La bandera venezolana con sus ocho estrellas está brillando en esta arteria de Queens.
Las arepas son una fuente de trabajo para muchos venezolanos que no tienen permiso de trabajo.
Fabiola Goyo y Janeth Colmenares atienden un puesto en la Roosevelt y la calle 78 llamado “Arepazo Venezolano”. Las acompaña Juan Pablo, una especie de gerente. Usan las redes sociales para promover el lugar: @el_arepazo_venezolano_
Goyo y Colmenares llegaron a Nueva York hace un año. Como miles de sus compatriotas, cruzaron la selva del Darién, Centroamérica y México hasta pisar EEUU. En principio estuvieron en un albergue. Ahora viven en Elmhurst. “Estuvimos sin comer, sin bañarnos, sin ropa, sin nada. Cuando llegamos al ‘shelter’ me enfermé, la comida era tan mala que perdí mucho peso”, dijo Goyo.
¿Cómo surgió esta idea? “Nosotros queríamos regalarle un poquito a Nueva York, de nuestra cultura, de nuestras comidas, y nada más tradicional y venezolano que una arepa. Aquí hay muchos restaurantes, pero no se ve mucho a nuestra arepa”, dijo Colmenares mientras atendía los clientes. “Hacer arepas venezolanas no es fácil porque tienen mucho detalle”.
Colmenares dejó a sus hijos en Venezuela y el rostro le cambia al recordarlos. El sueño de estas emprendedoras es tener su propio local.
Aún no tienen el permiso de la ciudad para vender comida, aunque “hasta ahora nadie nos ha molestado, nos han tratado muy bien”, dijo Goyo.
Las multas por venta ambulante sin permiso cuestan hasta $1.000. Según el Departamento de Salud e Higiene Mental (DOHMH), hasta el 23 de marzo de este año había 14.981 vendedores de alimentos con licencia en la ciudad, luego de pasar el curso de protección de alimentos. La gran mayoría de estos nuevos puestos no poseen licencia alguna.

Yoalver Chirinos y Anabel Atencio ya tenían experiencia trabajando en gastronomía en Venezuela. Foto Marcela Alvarez

El Palacio de los Pepitos es otro popular puesto de comida venezolana. Foto Marcela Alvarez
En el puesto de Goyo y Colmenares se hallaban Yoeglis Aguilar Leal, del estado de Maracaibo, y Nelson Villalobos, de Valencia, comiendo arepa de pollo con la bebida típica maltín.
A pocas cuadras están Yoalver Chirinos y su esposa Anabel Atencio de los estados de Lara y Zulia, respectivamente. Tienen tres niñas de 6, 4 y 2 años. Viven en Brooklyn y vienen a Queens a vender sus empanadas de pollo, carne y pabellón, la más popular.
Por ahora no venden arepas, pero no por falta de ganas o experiencia. “En Venezuela trabajamos en restaurantes, así que conocemos el negocio”, dijo Atencio. Por el futuro de sus hijas se atrevieron a cruzar la selva del Darién, pagaron 5.000 dólares y en septiembre tienen cita para solicitar asilo.
Una tarde reciente el puesto se llenó de comensales y curiosos. “Es bueno probar cosas distintas, nuevas y me gustan las arepas y las empanadas”, dijo un joven mexicano que no quiso dar su nombre.
En la calle 90 y Roosevelt, el restaurant Prima Donna habilitó a su entrada un puesto de arepas venezolanas y otros “pasapalos”. Abren de 5 de la tarde a 2 de la madrugada.

La comunidad hispana apoyando a sus hermanas y hermanos venezolanos.Foto Marcela Alvarez
Muy cerca está el Palacio de los Pepitos, en la esquina de Benham y la Roosevelt. Un rincón de Venezuela. Empleados uniformados que usan tabletas para atender a los clientes, quienes pueden pagar con tarjeta de crédito. En los demás puestos se debe pagar en efectivo.