El alcalde Eric Adams en reunión comunitaria a comienzos de este mes.

“Este asunto de inmigración va a destruir a la ciudad de Nueva York”, dijo Eric Adams, alcalde de Nueva York, en reunión comunitaria a comienzos de este mes. “Nuestra compasión no tiene límites, pero nuestros recursos son limitados”.

El alcalde Adams ha insistido que esta crisis migratoria es insostenible y requiere el apoyo financiero del estado y del gobierno federal. Pero el vocero de la Casa Blanca, Angelo Fernández Hernández le dijo que “sólo el congreso puede reformar las leyes de inmigración o adjudicar más dinero”.

En el último año han ingresado a esta ciudad 110.000 nuevos inmigrantes, en especial venezolanos, quienes llegan en buses desde el estado de Texas. Alrededor de 60.000 de estos inmigrantes están viviendo en refugios de la ciudad. Más de 20.000 son menores de edad. Como “ciudad santuario” está obligada a albergar a cualquier persona que lo solicite.

“Les damos de comer, les otorgamos ropa, les suministramos vivienda, educamos a sus hijos y lavamos sus cobijas”, dijo el alcalde Adams.

Por eso el primer mandatario anunció que todas las agencias de la ciudad deben recortar el 5 por ciento de su presupuesto y si la ayuda no llega, para la primavera del año entrante los recortes podrían aumentar al 15 por ciento.

El presupuesto de la ciudad de Nueva York es de 107.000 millones de dólares y se estima un déficit de 13.000 mil millones para el próximo año fiscal. Esta ciudad calculó que mantener a los nuevos inmigrantes durante los próximos tres años asciende a 12.000 millones de dólares.

Las mujeres y sus familias son la prioridad para ocupar más de 200 albergues que dispone la ciudad. Los hombres solteros no son la prioridad, aunque esta situación puede cambiar. “Es posible que tengamos que alojar a las familias en campamentos provisionales”, dijo el alcalde Adams.

Y la reacción no tardó en llegar. Murad Awawdeh, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC), dijo que los comentarios del alcalde “incitan a la violencia contra los nuevos inmigrantes”.

Algunos políticos republicanos y representantes de organizaciones racistas han dado la bienvenida a los comentarios del alcalde Adams porque señala la crisis migratoria y la necesidad de cerrar fronteras.

La crítica más fuerte proviene de la senadora estatal Jessica Ramos, quien dijo: “Los inmigrantes llegamos a construir y no ha destruir. La retórica del alcalde conlleva a antagonizar y no a trabajar en equipo por la comunidad. Los inmigrantes son el verdadero tejido de esta ciudad y tenemos que acabar con esta forma idiota de conducir la ciudad. La estrategia política debe evolucionar, el gobierno federal debe ayudar y el presupuesto de la ciudad debe manejarse de manera más responsable”.