El obrero Brian Blass descansando de su rutina de trabajo. Foto cortesía

Por QueensLatino.  —   

Cada mañana, antes de salir rumbo a su jornada laboral, Bryan Blass se viste como si fuera a una oficina. Lo hace no por moda, sino por precaución. “Si me ven vestido de trabajador de la construcción sería un blanco perfecto para los agentes de inmigración”, dijo Blass.

Su testimonio refleja una realidad silenciosa que enfrentan miles de trabajadores inmigrantes que, día tras día, levantan o reparan los edificios de la ciudad mientras lidian con el miedo y la incertidumbre.

“Las personas que trabajamos en la construcción somos fáciles de identificar en la calle por la ropa que usamos”, dijo Blass, quien llegó a Estados Unidos hace cuatro años. Recuerda con claridad su primer día en el país: “Llegué un viernes y al día siguiente comencé a trabajar como ayudante de construcción. Desde ese momento me gustó el oficio, y lo adopté como mi profesión”.

El motivo de su viaje fue claro: ofrecerle un mejor futuro a su familia. Con esfuerzo, disciplina y la esperanza como guía, su meta está puesta en comprar una casa propia. “Sé que lleva dedicación y sacrificio, pero estoy seguro de que lo voy a lograr”, afirmó Blass.

Fuera del trabajo, disfruta de actividades simples pero significativas. Hacer senderismo, ir al gimnasio, compartir con la familia y amigos, ya sea por videollamada o en reuniones de fin de semana.

“Me gusta salir a una cabaña a platicar con los amigos y tomar una cerveza. Esas conversaciones sinceras son medicina para el alma”, dijo Blass. Sin embargo, detrás de esa sonrisa se esconde una preocupación constante.

Blass considera que el tema migratorio es delicado y que el sistema debería reconocer el esfuerzo de quienes trabajan honradamente. “Hacemos todo legal, pagamos impuestos y solo queremos estar tranquilos en este país que nos abrió las puertas”, añadió Blass.

El temor a redadas y la falta de oportunidades laborales le han quitado el sueño. “He tenido insomnio y he pasado tiempo sin trabajar por miedo. Las compañías no quieren contratarnos”, dijo Blass.

A pesar de las dificultades, Blass no pierde la esperanza. Con los años ha adquirido experiencia y se considera un experto en remodelación. Su sueño ahora es crear su propia compañía para brindar empleo a otros trabajadores como él.

“Hay que cuidarse, respetar las leyes y agradecer las oportunidades, pero también esperamos que un día toda esta situación cambie. Porque cada vez se hace más difícil trabajar y sostenerse”, concluyó Blass.