Por Plinio Garrido, escritor y periodista

En meses previos a elecciones los políticos latinos de Queens son como la luna llena: harto visibles en lugares con gran afluencia de electores. Ya elegidos, pasan a luna menguante. O sea, apenitas se asoman por los vecindarios de sus electores. Y casi no se asoman si es para hacer frente a los problemas comunitarios “más heavies” en sus distritos electorales.

¡Ah!, durante el periodo de “luna llena” no paran de sonreír. Se visten con ropa de pueblo y multiplican el ir y venir por los andadores o banquetas de Roosevelt Avenue, la 37 Ave. y Northern Blvd. Caminan con el estilo que les permita ser observados por el mayor número de personas y saludan más que cura principiante en barrio pobre de América Latina.

En esos meses previos a elecciones, los políticos latinos de Queens anuncian que serán unos tigres defendiendo a “nuestra comunidad”.  Lugares preferenciales para este tipo de declaraciones son las sedes de organizaciones Not for profit del tipo 501(c)(3). Las que más abundan en vecindarios de Jackson Heights, Corona, Elmhurst, East Elmhurst, Woodside, Maspeth y otros barrios adyacentes.

Tales organizaciones tienen al alcance del teléfono a grupos de personas necesitadas de soluciones de distinta naturaleza y que aparecen en sus registros, como miembros o como solicitantes de algún tipo de ayuda. Estos individuos, de diversa índole y amplio espectro, son “exhortados” a escuchar las promesas del político “invitado”. Y ellos van.

Se aclara que este tipo de organizaciones —sin duda bondadosas para ciertos grupos de latinos— por ser “sin ánimo de lucro” le pagan el sueldo a sus empleados y funcionan con los “grants” y otros cheques con otros nombres que los políticos electos les ayudan a conseguir, sea en la administración publica o sea con individuos “dadivosos” y corporaciones privadas. Por lo que aquí cabe aquello de… “Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara”.

Plinio Garrido.

Plinio Garrido.

No obstante, a trece años (2002) de haber sido elegido en Queens el primer latino a un cargo popular (Hiram Monserrate, demócrata, Dist. #21 del Concejo) y con otros tres latinos políticos: el senador José Peralta, el asambleísta Francisco Moya y la ex-ayudante de Monserrate, la concejal Julissa Ferreras, no hay una acción ni individual ni colectiva de alto impacto que beneficie a los latinos habitantes del perímetro para el que “legislan” los tres políticos nombrados.

Han anunciado y promovido o participado —sí— en iniciativas para resolver problemillas del diario vivir que afectan la zona. Pero seguimos en un ghetto productivo”. Por ejemplo:
1) Tienen en el total abandono a los comerciantes en sus distritos, a sabiendas de que son el progreso de su entorno socioeconómico. Los tres políticos latinos de turno no han querido o simplemente no pueden lograr por sí solos o mediante acuerdos entre las bancadas amigas, los mejores “paquetes” de apoyo para los comerciantes en sus distritos. O al menos alzar la voz ante esas multas —tantas veces injustificadas— que les impone la ciudad y los aplasta.

2) No han sido capaces estos tres políticos de poner en orden la Cámara Hispana de Comercio de Queens, para que sea manejada por gerentes y no por payasos, vividores y farsantes. Esta cámara debe estar en manos de individuos que prueben tener la educación y la experiencia como comerciantes y puedan acceder a la tecnología y la modernidad.

3) Los tres políticos latinos de Queens se han olvidado de la necesidad inaplazable que existe en nuestra gente en edad productiva, de educarse y entrenarse en las nuevas tecnologías aplicadas a todo tipo de trabajos, oficios, labores y profesiones. No hacerlo significa dejara nuestra comunidad en la disfuncionalidad de lo obsoleto. Las comunidades europeas, judías, asiáticas, surasiáticas (India, Pakistán, etc.) lo han estado haciendo y nosotros nos estamos quedando rezagados.
Al afrontar apenas los problemitas menores en nuestros vecindarios, los políticos latinos de Queens están reemplazando las problemáticas realmente estructurales cuya solución demandaría un esfuerzo mayor y mucha más imaginación, más trabajo y voluntad. Su miopía política no trasciende socialmente.

Durante el cuarto de siglo que llevamos observando la irrupción, el quehacer, el ascenso y las caídas de los políticos latinos en la Capital del Mundo, podemos señalar que entre los ya retirados, pocos, muy pocos se recuerdan, y menos, se mencionan. Muchas veces porque no vale la pena recordarlos o porque generan pena ajena.

En ese sentido, los legisladores latinos en Queens están a tiempo de enderezar el camino si aspiran a ser recordados buenamente, y por lo mismo, evitar el destino de ser olvidados. Una buena estrategia es informar en una pantalla de 50 pulgadas y a la vista de todos, cuál es su presupuesto anual y en qué se lo gastan. Obviamente, mostrar los recibos a nivel financiero y moral.

*Plinio Garrido es escritor y periodista residente en Queens