Durante el año 2016, un total de 15.094 personas murieron en Estados Unidos a causa de las armas de fuego. En ese mismo año, más de 20.000 sufrieron una sobredosis por abuso de opioides sintéticos y murieron. La sobredosis por opiáceos es la causa de muerte más importante en Estados Unidos, pasando a las armas de fuego, sobre todo en el caso de los menores de 50 años.

¿Qué es la crisis de los opiáceos?

Casi 100 estadounidenses mueren cada día debido a la sobredosis de opioides. El presidente Trump dijo que es un “epidemia” que tiene a esta nación en estado de emergencia. Una crisis que se ha gestado desde los años 90, pero fue en el 2012 cuando experimentó una espectacular subida, pasando de menos de 5.000 casos a más de 20.000 en 2016.

El problema más grave es que muchas de estas sustancias son analgésicos recetados por los médicos: vicodina, codeína y morfina forman parte de este grupo de medicamentos que son adictivos.

¿Qué son los opiáceos?

Aunque la nomenclatura suele utilizarse de forma indistinta, los opioides y los opiáceos no son lo mismo. El opioide es la sustancia endógena (producida por nuestro organismo) o exógena (introducida en el organismo) que se une a los receptores opioides que se encuentran en nuestro sistema nervioso central. Los opiáceos se refieren a los alcaloides naturales del opio y a sus derivados semi-sintéticos: morfina, codeína, heroína, oxicodona y metadona entre otros.

La morfina, la codeína o la oxicodona son opiáceos que se recetan para disminuir el dolor agudo o crónico. Estas sustancias, aun cuando se toman de forma terapéutica y estando prescritas por un médico, tienen un alto riesgo de resultar tremendamente adictivas.

¿Por qué ha surgido la crisis de los opiáceos?

Durante los años 90 las compañías farmacéuticas aseguraron a la comunidad médica que los analgésicos opioides eran seguros y que no causarían adicción en los pacientes que los consumieran: estos medicamentos estaban autorizados por la FDA (Federal Drug Administration) para su uso limitado y temporal.

Demanda en Nueva York

Entre tres y cuatro personas mueren a diario en Nueva York debido al abuso de estas sustancias. También le cuesta un estimado de 500 millones de dólares anuales. Por eso la administración del alcalde Bill de Blasio demandó el pasado enero a siete grandes farmacéuticas y a tres distribuidores de medicamentos solicitándoles estos 500 millones que se usarán para atacar esta epidemia.

Tan solo en el año 2016 fueron 1.075 las muertes causadas por sobredosis de opiáceos en Nueva York, sobre todo entre los estratos más pobres de la población.