
Ethan Goodman explicando el proyecto de construcción en Willets Point, Queens. Fotos Javier Castaño
“En esta comunidad la gente gana entre 17,000 y 22,000 dólares al año y ¿qué tipo de vivienda asequible podrían ustedes ofrecernos con este sueldo? Preguntó Angélica Chaica a los contratistas que van a construir hoteles y apartamentos en los alrededores del estadio de los Mets, en Queens.
“Pues la verdad es que no sé, aunque tendremos viviendas a los más bajos costos de la ciudad de Nueva York, respondió Jesse Masyr, abogado de la firma Wachtel Masyr & Missry LLP, quienes representan a Related y Sterling Equities, los dueños del estadio CitiField en donde juega el equipo de béisbol de los Mets.
(Voices of NY, of CUNY transladed this article to English and this is the link).

El público en la Parroquia de la iglesia San Sebastián de Woodside, Queens.
A la reunión asistieron 150 miembros de la comunidad, en su mayoría latinos, aunque también hubo árabes, chinos y coreanos. Hubo amenazas. “Nos portamos bien, no hacemos bulla ni alegamos, o estos señores se paran de la mesa y se van de la reunión”, dijo Iván Contreras, de la Coalición de Vivienda de Queens y quien trabaja para el Servicio de Migración Católico.
El equipo de abogados de Jesse Masyr estaba integrado por 8 personas que se sentaron al frente del salón de la Parroquia de la Iglesia San Sebastián de Woodside, en donde se realizó el encuentro.
Se habló de todo, pero no se mencionó qué va a pasar con cerca de 2,000 trabajadores, en su gran mayoría latinos, que reparan carros en la zona de Willets Point, frente al estadio CitiField. Esa zona ha sido abandonada por la ciudad de Nueva York durante casi un siglo, sin alcantarillado o calles pavimentadas.

Marcos Neira, presidente del Comité de Defensa de Willets Point.
“Hemos estado trabajando en esa zona por más de 50 años y ahora nos van a desalojar sin ofrecernos una reubicación”, dijo Marcos Neira, presidente del Comité de Defensa de Willets Point. “Las uniones van a tomar todos los trabajos y para nosotros, que somos indocumentados, no hay nada después de tantos años de sacrificio”.
Consuelo Ortiz se preguntó dónde han estado los políticos todos estos años, “permitiendo la contaminación y que la gente se enferme”.
La mayor preocupación de los inmigrantes que asistieron a la reunión fue si habrá acceso a vivienda a bajo costo. “¿Por qué tenemos que esperar 12 años, hasta el 2025, para que construyan los apartamentos en esa zona? Esto no es justo”, dijo Lourdes Vintimilla. El activista Luis Antonio Livia también se preguntó el por qué construirán los hoteles y las tiendas antes de los apartamentos.
“No podremos construir hasta que limpiemos la contaminación de Willets Point. Cuando nuestro proyecto fue aprobado por la ciudad de Nueva York en el 2008, una de las exigencias es que debemos descontaminar la zona antes de construir escuelas, centros de atención para menores y ancianos y clínicas”, dijo Masyr. “La escuela tendrá capacidad para mil estudiantes”.
“Entendemos, la culpa no es de ustedes, los inversionistas privados… Estamos frustrados con el alcalde Bloomberg que usa el Parque Flushing sin consultar con la comunidad y nosotros también pagamos impuestos”, dijo María Julia Alvarez de la organización Make the Road New York.
“Recordemos que Willets Point y la zona en donde está el estadio no es parte del Parque Flushing”, dijo Ethan Goodman, el gerente de este proyecto y quien explicó con detalles las etapas de construcción en esta zona. “Nuestro proyecto no tocará este parque que ustedes tanto aman, ni le quitaremos espacios comunitarios”.
Goodman hacía alusión a la Major League Soccer (MLS) que planea construir un estadio de fútbol en las inmediaciones de las canchas sintéticas en el Parque Flushing y que está teniendo mucha oposición en la comunidad, especialmente de la organización Fairness Coalition of Queens.
Goodman, apoyándose en imágenes proyectadas en la pared, dijo que este proyecto tendrá una inversión privada de 3,000 millones de dólares, se limpiarán 23 hectáreas contaminadas, tendrá 5 millones de pies cuadrados de tiendas, y 2,500 apartamentos, de los cuales 874 serán a bajo costo.
“El 25% de los trabajos son para mujeres y representantes de las minorías”, dijo Goodman. También conlleva 12,000 trabajos en construcción para obreros sindicalizados y 7,100 trabajos permanentes una vez se construya el proyecto. “Durante la construcción la ciudad recibirá 310 millones en impuestos y luego, cada año, recibirá 150 millones en impuestos”, añadió Goodman.
Este proyecto tendrá 5 etapas: Limpieza, poner a Willest Point en el mapa con la construcción de 200 cuartos de hotel y 30 tiendas, fomentar que Willets Point sea una atracción turística con tiendas y centros de entretenimiento, crear vías de acceso por la autopista para ingresar a las viviendas, y levantar un vecindario con viviendas, escuela, más espacio comercial y apartamentos.
“El 27 de septiembre del año pasado se hizo la evaluación ambiental, en la primavera de este año pasaremos por la revisión del público y la ciudad, y al final de este año tendremos todo aprobado”, concluyó Goodman.
“¿Por qué no comienzan por la construcción de vivienda y fuego el centro comercial?”, se preguntó Iván Contreras, padre, y la respuesta de Masyr fue: “Primero tenemos que limpiar los tóxicos para después construir la vivienda”.

Dania Joaquín de la Coalición de Vivienda de Queens.
“No entiendo”, dijo Dania Joaquín. “La contaminación impide construir apartamentos, pero permite levantar hoteles”. A la reunión asistió Joseph Ardizzone, el único residente de Willets Point, de 80 años y quien dijo: “¿De qué contaminación hablan, he vivido toda mi vida en Willets Point y aquí estoy, no me he muerto”.
Javier Castaño