José Carvajal es uno de esos escrutadores intelectuales que no acomoda a nadie en sus juicios o criterios con respecto a la literatura que se realiza en República Dominicana. Poco ortodox0 en ese sentido.

Se propuso lo que denominó una pasantía en el país el año pasado, que le permitió romper esquemas y debatir, a veces en contingencias de armamento y controversia en las redes sociales; es un activista de estas nuevas tecnologías y en esta oportunidad lanza un dardo puntiagudo: cree que en República Dominicana no existe un escritor con méritos para proponer a los premios Cervantes y Nobel.

Confía en la juventud que se dedica al oficio literario, pero le pide que vaya con calma, se puede lograr la internacionalización de esa literatura, pero es un creyente de que esa calma debe primar en el  proceso creativo.

“No creo que haya un dominicano con la solidez suficiente para un Cervantes o el Nobel, por lo que no puedo pensar en nadie. Lo siento, sé que es del tipo de respuestas que no caen bien en el patio. Sería iluso pensarnos con un Nobel cuando sabemos que la literatura dominicana ni siquiera ha conquistado lectores en todo el territorio nacional”, es su expresión.

A continuación la entrevista:
¿Es José Carvajal periodista con un oficio importante en cadenas de Estados Unidos, un  conocedor de la Literatura o un escritor de la diáspora?

JC: Desde que empecé a trabajar periodismo en 1984, tomé la decisión de no llevar el apellido del medio de comunicación para el que estuviera laborando. He trabajado para las principales cadenas de la televisión hispana de Estados Unidos, las agencias UPI y Reuters, etc. Pero nada de ello hubiera sido posible sin la oportunidad que me dieron los periodistas Bonaparte Gautreaux Piñeyro y Roberto Marcallé Abreu cuando estuvieron al mando de la edición internacional del diario El Nacional en Nueva York, a mediados de los ochenta, por lo que le estoy eternamente agradecido. En cuanto a conocedor de la literatura, pues digamos que soy un lector inquieto; en cuanto a un escritor de la diáspora, digamos que soy un escritor a secas.

¿Puede República Dominicana presentar sin muchas dificultades a la comunidad internacional a un escritor con base sólida que califique para apostar por el Premio Cervantes, o el Nobel de Literatura? ¿En quién piensas?

JC: No creo que haya un dominicano con la solidez suficiente para un Cervantes o el Nobel, por lo que no puedo pensar en nadie. Lo siento, sé que es del tipo de respuestas que no caen bien en el patio. Sería iluso pensarnos con un Nobel cuando sabemos que la literatura dominicana ni siquiera ha conquistado lectores en todo el territorio nacional.

¿Qué opinas del desdén que se muestra desde muchos ámbitos hacia los autores dominicanos y las preferencias de autores del exterior sobre nuestros escritores, es cierto que esto se debe a que tienen una mayor calidad o que se trata de una realidad impuesta por las propias deficiencias sistémicas del país?

JC: Casi puedo afirmar que la literatura dominicana ha sido víctima de la ignorancia de aquéllos que han tenido en sus manos todos los recursos del mundo para hacerla florecer tras el estancamiento que sufrieron las letras nacionales durante los años de la dictadura de Trujillo.

¿Crees que eres el sucesor de Giovanni Di Pietro en la Literatura crítica dominicana, a quien muchos han satanizado por sus estudios poco complacientes de la novelística criolla?

JC: No lo creo. Primero porque no me considero un crítico literario. Creo que ya dije por ahí que la diferencia entre un crítico literario y yo, es que el crítico quiere demostrar que sabe mucho y yo solo deseo comunicar claramente una opinión sobre algún texto que me llama la atención.

¿Podemos competir desde nuestra realidad actual en un mundo editorial cada vez más competitivo y signado por poderosas casas editoriales, que en nuestros mundos literarios locales se rigen por el grupismo y la exclusión, y de ahí su fracaso local?

JC: Todo depende. Esa es una decisión que debe tomarla cada escritor. Si la toma como una carrera olímpica a lo mejor llega a una meta, pero la literatura, mientras más lenta y pensada, pues mucho mejor.

¿Qué escritor dominicano te representa?
JC: ¿A mí? José Carvajal.

¿Han sido responsables los intelectuales dominicanos con su realidad, sus valores o traidores como denuncia Manuel Núñez en su libro El Ocaso de la Nación Dominicana, al minimizar las luchas patrióticas de la Independencia contra las  tropas haitianas?

JC: No sé. Si te digo que sí o que no, estaría usurpando el papel del historiador. En cuanto a “las luchas patrióticas”, me suena falaz. Aunque ya se ha dicho muchas veces, quizá no está mal repetirlo: “la patria del escritor es el lenguaje”.

¿Qué opinas de la situación actual de los escritores dominicanos? ¿Quién es escritor, el que escribe o el que publica?

JC: La opinión acerca del escritor dominicano depende de la obra que publique. Uno debe circunscribirse a la obra, al texto, al discurso literario, por lo que las opiniones sobre los escritores pueden variar según el producto.

¿Existe una novela dominicana? ¿Quién la escribió?

JC: Existen muchas novelas dominicanas. Ahora, si me hablas de la “gran novela dominicana” o “la novela dominicana total”, no lo creo. Tenemos más de 150 años buscando el tono de la novela dominicana, desde la aparición de “El Montero” de Pedro Francisco Bonó, a mediados del siglo diecinueve, hasta la recientemente publicada “Cáceres Plasencia. El último gavillero” de Joel Rivera.  El tono de la novela local sube y baja, amaga, pero no ha golpeado lo suficiente como para producir un nocaut.

¿Qué opinas de los autores jóvenes dominicanos?

JC: Los autores jóvenes, que para mí son los menores de 35 años, están haciendo su trabajo. Creo que tendrán más oportunidades de darse a conocer a nivel internacional, pero deben cuidar la calidad en tiempos en que eso parece no importarle a nadie.

¿Qué opinas de las intervenciones de los intelectuales dominicanos en las redes, se abusa de Facebook, los temas que tratan son frívolos, inducen al debate o deberían alejarse un poco?

JC: Lo que hay que evitar es que las redes sociales se conviertan en “enredos sociales”. Si se utilizan bien serían de mucho provecho como ejercicio intelectual.

Finalmente, ¿Quién es José Carvajal?, que los niños, los adolescentes y los jóvenes puedan entender las razones de su pensamiento y de sus actitudes intelectuales de escritor comprometido con la causa de su país, que mira su entorno desde el exterior.

JC: Soy una amalgama de tiempos. Pertenezco a la generación de las debacles. Esa generación comenzó a caminar de la mano de las ideologías y ha terminado caminando en solitario y ahogada en los vertiginosos avances de la tecnología, la era más autómata de la humanidad. Antes se entendía la famosa frase cartesiana de “Pienso, luego existo”, pero ahora es “Existo porque tuiteo”.

Deme cinco nombres que creas merecen obtener el Premio Nacional de Literatura de la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura en el 2016.

JC: ¿Cinco nombres? Tal vez no llego a cinco; sería un riesgo porque en esa apreciación podría pecar de ignorante de lo que ocurre en la literatura vernácula. Pero el poeta Alexis Gómez-Rosa sería un buen candidato. Alguien me ha mencionado recientemente a Ángela Hernández. No sé, no conozco los criterios para el codiciado Premio Nacional.

Biografía activa
Periodista y escritor. Ha residido en Nueva York, Rhode Island y Miami. Inició su carrera periodística en el diario El Nacional, en Nueva York. Dirigió por dos años el semanario Prensa Nueva, en el estado de Rhode Island. Desde 1994 ha trabajado como editor para América Latina de United Press International (UPI) y subeditor de la agencia Reuters, además de redactor de las cadenas de televisión CBS-Telenoticias, Noticiero Univisión, y Telemundo. Asimismo, laboró en el equipo de producción del programa El Factor Brown, del periodista Ricardo Brown, en Gentv-Caracol (Canal Ocho de Miami). En 1998 fundó la Agencia Internacional de Noticias Literarias Librusa. Fue también columnista del diario Hoy de Nueva York, hasta que ese periódico dejó de pertenecer a la empresa Chicago Tribune. Tiene varias obras publicadas, en los géneros de poesía, cuento y novela. Sus últimos libros son “Cuentos fantásticos de Juan Bosch”, una antología de relatos del autor dominicano; y “A quien pueda interesar: Reflexiones sobre Washington Heights y otros temas”.

Tomado del Listin Diario

Por Néstor Medrano y Santo Domingo

 

José Carvajal es uno de esos escrutadores intelectuales que no acomoda a nadie en sus juicios o criterios con respecto a la literatura que se realiza en República Dominicana. Poco ortodox0 en ese sentido.

Se propuso lo que denominó una pasantía en el país el año pasado, que le permitió romper esquemas y debatir, a veces en contingencias de armamento y controversia en las redes sociales; es un activista de estas nuevas tecnologías y en esta oportunidad lanza un dardo puntiagudo: cree que en República Dominicana no existe un escritor con méritos para proponer a los premios Cervantes y Nobel.

Confía en la juventud que se dedica al oficio literario, pero le pide que vaya con calma, se puede lograr la internacionalización de esa literatura, pero es un creyente de que esa calma debe primar en el  proceso creativo.

“No creo que haya un dominicano con la solidez suficiente para un Cervantes o el Nobel, por lo que no puedo pensar en nadie. Lo siento, sé que es del tipo de respuestas que no caen bien en el patio. Sería iluso pensarnos con un Nobel cuando sabemos que la literatura dominicana ni siquiera ha conquistado lectores en todo el territorio nacional”, es su expresión.

A continuación la entrevista:
¿Es José Carvajal periodista con un oficio importante en cadenas de Estados Unidos, un  conocedor de la Literatura o un escritor de la diáspora?

JC: Desde que empecé a trabajar periodismo en 1984, tomé la decisión de no llevar el apellido del medio de comunicación para el que estuviera laborando. He trabajado para las principales cadenas de la televisión hispana de Estados Unidos, las agencias UPI y Reuters, etc. Pero nada de ello hubiera sido posible sin la oportunidad que me dieron los periodistas Bonaparte Gautreaux Piñeyro y Roberto Marcallé Abreu cuando estuvieron al mando de la edición internacional del diario El Nacional en Nueva York, a mediados de los ochenta, por lo que le estoy eternamente agradecido. En cuanto a conocedor de la literatura, pues digamos que soy un lector inquieto; en cuanto a un escritor de la diáspora, digamos que soy un escritor a secas.

¿Puede República Dominicana presentar sin muchas dificultades a la comunidad internacional a un escritor con base sólida que califique para apostar por el Premio Cervantes, o el Nobel de Literatura? ¿En quién piensas?

JC: No creo que haya un dominicano con la solidez suficiente para un Cervantes o el Nobel, por lo que no puedo pensar en nadie. Lo siento, sé que es del tipo de respuestas que no caen bien en el patio. Sería iluso pensarnos con un Nobel cuando sabemos que la literatura dominicana ni siquiera ha conquistado lectores en todo el territorio nacional.

¿Qué opinas del desdén que se muestra desde muchos ámbitos hacia los autores dominicanos y las preferencias de autores del exterior sobre nuestros escritores, es cierto que esto se debe a que tienen una mayor calidad o que se trata de una realidad impuesta por las propias deficiencias sistémicas del país?

JC: Casi puedo afirmar que la literatura dominicana ha sido víctima de la ignorancia de aquéllos que han tenido en sus manos todos los recursos del mundo para hacerla florecer tras el estancamiento que sufrieron las letras nacionales durante los años de la dictadura de Trujillo.

¿Crees que eres el sucesor de Giovanni Di Pietro en la Literatura crítica dominicana, a quien muchos han satanizado por sus estudios poco complacientes de la novelística criolla?

JC: No lo creo. Primero porque no me considero un crítico literario. Creo que ya dije por ahí que la diferencia entre un crítico literario y yo, es que el crítico quiere demostrar que sabe mucho y yo solo deseo comunicar claramente una opinión sobre algún texto que me llama la atención.

¿Podemos competir desde nuestra realidad actual en un mundo editorial cada vez más competitivo y signado por poderosas casas editoriales, que en nuestros mundos literarios locales se rigen por el grupismo y la exclusión, y de ahí su fracaso local?

JC: Todo depende. Esa es una decisión que debe tomarla cada escritor. Si la toma como una carrera olímpica a lo mejor llega a una meta, pero la literatura, mientras más lenta y pensada, pues mucho mejor.

¿Qué escritor dominicano te representa?
JC: ¿A mí? José Carvajal.

¿Han sido responsables los intelectuales dominicanos con su realidad, sus valores o traidores como denuncia Manuel Núñez en su libro El Ocaso de la Nación Dominicana, al minimizar las luchas patrióticas de la Independencia contra las  tropas haitianas?

JC: No sé. Si te digo que sí o que no, estaría usurpando el papel del historiador. En cuanto a “las luchas patrióticas”, me suena falaz. Aunque ya se ha dicho muchas veces, quizá no está mal repetirlo: “la patria del escritor es el lenguaje”.

¿Qué opinas de la situación actual de los escritores dominicanos? ¿Quién es escritor, el que escribe o el que publica?

JC: La opinión acerca del escritor dominicano depende de la obra que publique. Uno debe circunscribirse a la obra, al texto, al discurso literario, por lo que las opiniones sobre los escritores pueden variar según el producto.

¿Existe una novela dominicana? ¿Quién la escribió?

JC: Existen muchas novelas dominicanas. Ahora, si me hablas de la “gran novela dominicana” o “la novela dominicana total”, no lo creo. Tenemos más de 150 años buscando el tono de la novela dominicana, desde la aparición de “El Montero” de Pedro Francisco Bonó, a mediados del siglo diecinueve, hasta la recientemente publicada “Cáceres Plasencia. El último gavillero” de Joel Rivera.  El tono de la novela local sube y baja, amaga, pero no ha golpeado lo suficiente como para producir un nocaut.

¿Qué opinas de los autores jóvenes dominicanos?

JC: Los autores jóvenes, que para mí son los menores de 35 años, están haciendo su trabajo. Creo que tendrán más oportunidades de darse a conocer a nivel internacional, pero deben cuidar la calidad en tiempos en que eso parece no importarle a nadie.

¿Qué opinas de las intervenciones de los intelectuales dominicanos en las redes, se abusa de Facebook, los temas que tratan son frívolos, inducen al debate o deberían alejarse un poco?

JC: Lo que hay que evitar es que las redes sociales se conviertan en “enredos sociales”. Si se utilizan bien serían de mucho provecho como ejercicio intelectual.

Finalmente, ¿Quién es José Carvajal?, que los niños, los adolescentes y los jóvenes puedan entender las razones de su pensamiento y de sus actitudes intelectuales de escritor comprometido con la causa de su país, que mira su entorno desde el exterior.

JC: Soy una amalgama de tiempos. Pertenezco a la generación de las debacles. Esa generación comenzó a caminar de la mano de las ideologías y ha terminado caminando en solitario y ahogada en los vertiginosos avances de la tecnología, la era más autómata de la humanidad. Antes se entendía la famosa frase cartesiana de “Pienso, luego existo”, pero ahora es “Existo porque tuiteo”.

Deme cinco nombres que creas merecen obtener el Premio Nacional de Literatura de la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura en el 2016.

JC: ¿Cinco nombres? Tal vez no llego a cinco; sería un riesgo porque en esa apreciación podría pecar de ignorante de lo que ocurre en la literatura vernácula. Pero el poeta Alexis Gómez-Rosa sería un buen candidato. Alguien me ha mencionado recientemente a Ángela Hernández. No sé, no conozco los criterios para el codiciado Premio Nacional.

Biografía activa
Periodista y escritor. Ha residido en Nueva York, Rhode Island y Miami. Inició su carrera periodística en el diario El Nacional, en Nueva York. Dirigió por dos años el semanario Prensa Nueva, en el estado de Rhode Island. Desde 1994 ha trabajado como editor para América Latina de United Press International (UPI) y subeditor de la agencia Reuters, además de redactor de las cadenas de televisión CBS-Telenoticias, Noticiero Univisión, y Telemundo. Asimismo, laboró en el equipo de producción del programa El Factor Brown, del periodista Ricardo Brown, en Gentv-Caracol (Canal Ocho de Miami). En 1998 fundó la Agencia Internacional de Noticias Literarias Librusa. Fue también columnista del diario Hoy de Nueva York, hasta que ese periódico dejó de pertenecer a la empresa Chicago Tribune. Tiene varias obras publicadas, en los géneros de poesía, cuento y novela. Sus últimos libros son “Cuentos fantásticos de Juan Bosch”, una antología de relatos del autor dominicano; y “A quien pueda interesar: Reflexiones sobre Washington Heights y otros temas”.

Tomado del Listin Diario

Por Néstor Medrano y Santo Domingo